El farsante del espectáculo en Puebla: BACHA PROMOTORA vive de engañar, manipular y abusar de la confianza
En Puebla, la industria del entretenimiento enfrenta un cáncer silencioso: un individuo que se autoproclama “promotor” sin merecer el título. Porque un promotor verdadero arriesga, invierte y apuesta por el talento. Este sujeto no pone un solo peso, no financia, no produce, no construye absolutamente nada. Lo único que promueve es su propio fraude.
Se vende como gestor de espectáculos, pero su papel se reduce a parásito de los esfuerzos ajenos. Llega a los eventos con la única intención de cobrar por una supuesta “difusión en medios digitales” sustentada en páginas creadas para inflar cifras, en reportes manipulados y en evidencias maquilladas que engañan a los empresarios y estafan a los inversionistas. A los medios de comunicación les exige lealtad absoluta y obediencia ciega. Si no cumplen sus condiciones, los descarta de futuras coberturas, aun cuando hayan demostrado su trabajo. Es un juego sucio: premiar con falsas promesas a los sumisos y castigar a quienes no se doblan.
Su historial de fraudes es amplio. Basta recordar el caso del concierto de Shakira en Puebla, donde los resultados económicos no son los esperados para los inversionistas. Sin embargo, este supuesto promotor editó un video en el que él mismo se asumía como artífice de la convocatoria, cuando en realidad la mayoría de los medios habían sido gestionados por el Club Puebla. Así maquilla la realidad: usurpa el mérito de otros, manipula las imágenes y se apropia de un prestigio que no le pertenece.
No conforme con eso, convierte las cortesías en negocio personal. Entradas destinadas a la prensa o a difusión oficial terminan en manos de sus amigos, familiares y conocidos, quienes ingresan gratis a conciertos, festivales y obras. Peor aún, muchas veces las revende de forma clandestina, reproduciendo las prácticas más bajas y corruptas de la industria. Todo bajo un disfraz de “difusión cultural”.
La publicidad que ofrece tampoco le pertenece. La subcontrata, la revende y la cobra como si fuera de su empresa. En ocasiones inventa contrataciones inexistentes de vallas, lonas y medios que jamás se colocaron. Y cuando le conviene, renta espacios que ya controla y los presenta como si fueran nuevos, inflando costos y mintiendo sobre su capacidad de gestión. Es una estafa armada sobre trampas y simulaciones.
Cada empresario que lo contrata, sin saberlo, se convierte en víctima de una maquinaria de engaños. Y mientras él gana, la industria del entretenimiento poblano pierde credibilidad. Los inversionistas serios son burlados, los medios locales son humillados y el público es utilizado como moneda de cambio en un esquema de mentiras. El daño no es solo económico: es un saqueo a la confianza, un golpe directo a la dignidad de una industria que sobrevive gracias al esfuerzo de verdaderos productores, empresarios y promotores que sí arriesgan, que sí apuestan, que sí creen en el arte y la cultura.
Las preguntas incómodas siguen ahí, esperando respuesta: ¿por qué fue expulsado del Festival Catrina? ¿Por qué lo removieron de la Feria de Puebla? ¿Cuántos empresarios han perdido dinero creyendo en su palabra? ¿Cuántos medios han sido marginados por no someterse a sus condiciones? Nadie responde en voz alta, porque el miedo y la conveniencia han mantenido un silencio cómplice.
Pero la verdad es evidente. Este individuo no es un promotor: es un farsante. No impulsa el talento, lo utiliza como fachada. No fortalece la industria, la corroe desde dentro. No representa la cultura, la usa como disfraz para sus negocios turbios. Puebla no merece más fraudes disfrazados de difusión cultural. La industria no puede seguir tolerando que un oportunista venda humo mientras destruye la confianza de empresarios y arruina el trabajo de quienes sí creen en el espectáculo como motor social y económico.
Cada vez que aparezca su nombre ligado a un evento, debe sonar la alerta. Porque no está presentando nada, no está produciendo nada, no está invirtiendo nada. Solo está saqueando, solo está mintiendo, solo está robando, simplemente colgarse de los demás. La máscara del “promotor” ya no puede sostenerse. La pregunta es: ¿hasta cuándo empresarios, medios y público seguirán permitiendo que este fraude camine impune por los escenarios de Puebla?
Mira el video aquí:
BESTAFADORA | INVESTIGACIÓN ESPECIAL🚨 En #Puebla no todos los que se dicen “#promotores” lo son. Este personaje no invierte, no produce, no arriesga. Solo #VendeHumo, #manipula cifras, #revende cortesías y #engaña a #empresarios. 👉Fue #expulsado del #FestivalCatrina y removido de la #FeriaDePuebla por actos antes mencionados y que expondremos en la siguiente investigación.📢 Lee la primer parte de esta investigación aquí: https://www.impulsoindigo.com/2025/08/el-farsante-del-espectaculo-en-puebla.html #BachaPromotora #EdgarBacha #BachaEstafadora
Publicada por Impulso Índigo en Miércoles, 20 de agosto de 2025
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