El cabildeo de los empresarios ha surtido efecto. El dictamen de la reforma de las vacaciones que se discutirá el martes en las comisiones de la Cámara de Diputados incluye una modificación importante a la propuesta ya aprobada en el Senado. Los trabajadores deberán tomar por lo menos seis de los 12 días de golpe. Para el resto, sin embargo, tendrán que “pactar” con el patrón. Desde que se votó en el Senado, las asociaciones patronales han protestado contra la posibilidad de que los empleados puedan tomar todos los días de forma continua por el costo económico que, según ellas, esa medida supondría para las pequeñas y medianas empresas.
La propuesta original, impulsada por Movimiento Ciudadano y aprobada por unanimidad en el Senado a principios de noviembre, contemplaba que los trabajadores que cumplieran un año en una empresa tuvieran 12 días de vacaciones, en lugar de los seis actuales. A partir de entonces, por cada año trabajado sumarían dos días hasta llegar a 20. Además, la reforma obligaba a los trabajadores a tomar esos días de manera continua.
Tras la votación en el Senado, la propuesta ha sido objeto de una discusión más intensa en la Cámara de Diputados. Las asociaciones patronales han alertado de que la reforma subiría los costos laborales hasta un 4% y sería insostenible para las pequeñas empresas que no tuvieran suficiente personal con que cubrir los huecos. Los sindicatos de sectores como el de la restauración también se acercaron a los diputados para señalar que la obligación de tomar 12 días de forma continua les privaría de las propinas, y pidieron mayor flexibilidad.
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